Viajo en un navío donde la brisa toca lo sombrío,
viajo en un navío a la deriva de insoportable frío.
Viajo en un navío de desdicha,
y veo pasar estrellas, pasan y se alinean.
Bajo mis pies, la cloaca de miseria nauseabunda,
niños llorando por respirar de entre la bruma,
secan el llanto lodoso en sus mejillas,
pidiendo una ración bajo la lluvia.
Aquí, los dioses se pasean en cubierta,
pero no suelen escuchar, nadie les cuenta.
¿Dónde esconderme entre los piojos?
La luna no responde si la ignoro,
y los pocos durmientes aconsejan viajar sordos.
Mi corazón se ahoga en su acomodo,
se detiene, toma tiempo y se convierte en otro.
El cáñamo se pudre en las esquinas,
el hedor nos llega desde encima.
La oscuridad rabiosa me acaricia,
mientras naufragan mis pies en la inmundicia.
Mis brazos tensos se cansan del hastío,
mi voz se torna gris y sin sentido,
solo viajo, deambulo y me escabullo,
apretando mis tímpanos, olvidando el orgullo.
Viajo en un navío a la deriva,
el oleaje que aún respira,
el que aun con vida,
negado, sórdido y profundo,
se encuentra con el puerto en el que nunca,
en el que nadie, el que no existe, al que no iría.
Aquí, los dioses se pasean en cubierta,
pero no suelen escuchar, nadie les cuenta.
Viajo en un navío ausente de pericia,
en cubierta se transita y se trasvierte,
la modorra y la zozobra que se juntan,
con el lomo de la peste y la avaricia.
¿Dónde esconderme entre los piojos?
Al final, la música abrillanta lo que viene,
nos iremos pálidos, limpios, tembeleques,
apenas sombras y despojos.
El hambre y la miseria no conciernen.
Lo que atañe ya, es nada más morir.
Cabotaje
Autora Isis Bobadilla

"Eslabón" Joel Solórzano
