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La lluvia camufla las lágrimas del miedo,
y los fantasmas se quedan a dormir.
Almas piden clemencia entre la niebla,
y el estruendo del relámpago se alinea al huir.
El frío se convierte en una guerra que se asoma,
la noche se transforma en una danza sin morir.
Solo queda soportar un poco más,
en el sueño congelado, de tan solo un techo de paloma.
Un techo de paloma
Autora Isis Bobadilla
Fotografía Joel Solórzano "La bóveda del Faro"


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