Cascos con valor
- Isis Bobadilla
- 8 dic 2017
- 2 Min. de lectura

Mi padre, parapsicólogo, egiptólogo y escritor, la persona con el humor más negro que he conocido, siempre tenía frases célebres como: “Detrás de una pelota siempre va el pie de un idiota”, “Martín tenía un violín y con él se divertía”, “Manuel, Manuel, toma mi dedo y juega con él”, y muchas otras muy picarescas. Como buen sefardita- yucateco, tenía siempre el doble sentido de la palabra a su merced. En eso estaba pensando cuando recordé su mejor frase: “Errar también es de idiotas”, pues hoy definitivamente me incluí en esa última:
Estaba en silencio esperando comprar un radiador para mi auto, cuando leí un letrero que estaba colgado en la entrada de la tienda de refacciones y autopartes: “¡Tu casco viejo tiene valor!, tráelo y en la compra de cualquier batería te lo pagamos”
Mi entrecejo se estremeció intentando entender lo que leía. Imaginé entonces hordas de motociclistas que acudían a esta refaccionaria con su casco viejo; ¡pero no cualquier casco!, debía ser un casco muy valiente, quizá tan valiente como el casco de un guerrero romano; de ser así, seguro les pagarían una buena lana por él; no sé si por la valentía del casco en alguna batalla, o por si fuera una hermosa pieza arqueológica, y esta oferta incluía, la compra de una batería de auto.
Luego me di una bofetada imaginaria y asenté mi mente concluyendo que se trataba de un valor material, no de épica. Aun así parecía una extraña promoción.
Entonces me pregunté: “¿Y para qué rayos quieren cascos viejos de motociclista? ¿Qué harán con ellos?” Así llegué a visualizar una gran cantidad de cascos antiguos de diferentes colores, un verdadero cementerio de cascos envejecidos, apilados en las zonas fronterizas con otros países, tal y como lo hacen con los esqueletos de las computadoras.
Fue hasta que un flashazo me iluminó el cerebro, y entendí que en ese lenguaje complicado de las refaccionarias de autopartes, se diría “casco” a la caja inservible de la batería vieja. ¡Cuánta razón tenía mi padre!… “Errar también es de idiotas” Sin embargo, es muy divertido.